
El drama convertido en cabaret
La primera sesión del juicio de Josef Fritzl, “el monstruo de Amstetten”, degeneró en un circo ayer desde primera hora en las puertas del Tribunal Regional de Sankt Pölten, Austria. Junto con la prensa esperaban decenas de curiosos, grupos que se manifestaban contra el maltrato infantil, representantes de partidos de extrema derecha, miembros de oenegés e incluso Patrik Huber, un actor de la región que se presentó en una limusina blanca de la que se bajó con un extravagante traje blanco al que llevaba pegados muñecos con forma de bebé, mientras esparcía otros tantos por el suelo.
La ciudad de Sankt Pölten aprovecha el juicio de Josef Fritzl para promocionarse
A los únicos a los que pareció no molestar el ambiente circense que respiraba la ciudad austriaca a partir del juicio del “monstruo de Amstetten” fue a los responsables de medios de Sankt Pölten. Cada periodista recibió un dossier de prensa sobre la ciudad y su 850º aniversario; datos sobre las celebraciones y los festivales musicales substituían a la información sobre el orden del día; incluso un restaurante de la ciudad aprovechó el nombre del “carcelero de Amstetten” para denominar a uno de sus platos.
La primera sesión del juicio de Josef Fritzl, “el monstruo de Amstetten”, degeneró en un circo ayer desde primera hora en las puertas del Tribunal Regional de Sankt Pölten, Austria. Junto con la prensa esperaban decenas de curiosos, grupos que se manifestaban contra el maltrato infantil, representantes de partidos de extrema derecha, miembros de oenegés e incluso Patrik Huber, un actor de la región que se presentó en una limusina blanca de la que se bajó con un extravagante traje blanco al que llevaba pegados muñecos con forma de bebé, mientras esparcía otros tantos por el suelo.
La ciudad de Sankt Pölten aprovecha el juicio de Josef Fritzl para promocionarse
A los únicos a los que pareció no molestar el ambiente circense que respiraba la ciudad austriaca a partir del juicio del “monstruo de Amstetten” fue a los responsables de medios de Sankt Pölten. Cada periodista recibió un dossier de prensa sobre la ciudad y su 850º aniversario; datos sobre las celebraciones y los festivales musicales substituían a la información sobre el orden del día; incluso un restaurante de la ciudad aprovechó el nombre del “carcelero de Amstetten” para denominar a uno de sus platos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario